Falacia del jugador

Uno de los efectos más curiosos en el mundo del juego online son los mitos y leyendas que lo envuelven. Si bien es cierto que existen múltiples teorías que explican los buenos y los malos resultados en las apuestas del casino, también existen otras como la de la falacia del jugador, que carecen de base que las sustente. ¿Quieres conocer qué es la falacia del jugador y como evitarla? ¡No te pierdas este artículo!

¿De donde proviene el término de la falacia del jugador?

Tan popular y recurrente es este error, que el mundo del casino lo ha exportado a otros ámbitos. Este término trasversal a otras áreas fuera del juego, tiene su origen en 1913, en el casino Monte Carlo en Mónaco. De hecho, el origen del término es, sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos de la falacia del jugador.

En 1913, en el Casino de Monte Carlo, se registró una secuencia excepcionalmente larga de resultados de color negro, lo que llevó a los jugadores a creer que el color rojo era más probable en las tiradas siguientes. 26 giros consecutivos en el color negro dieron nombre a la falacia del jugador, haciendo perder notables cantidades de dinero a múltiples jugadores.

Ejemplos de la falacia del jugador

Si en algún lugar existe esta falacia del jugador es en el casino. En múltiples ocasiones se ha visto esa idea equivocada de que si un evento aleatorio ha ocurrido determinadas veces es menos probable en las siguientes, por el simple hecho de haber ocurrido. Pero para poner matices a la falacia del jugador, es especialmente relevante quedarse con el término “aleatorio” y “por el simple hecho de haber ocurrido”.

Falacia del jugador en la ruleta

Uno de los juegos de casino donde mejor se explica la falacia del jugador es en la ruleta, que de hecho da nombre a la teoría. Los números y fríos y calientes en la ruleta tienen un recorrido muy corto, puesto que cada tirada de la ruleta es independiente entre sí. Es decir, aunque se pueda jugar con estrategias como la Martingala, basadas en secuencias de tiradas definidas previamente, no existe en jugadas individuales.

Como ejemplo, que la bola caiga al rojo tiene un 48,6% de probabilidades, y que esa misma bola caiga en el rojo dos veces seguidas, será del 23,67%. Esto sucede porqué hay 4 escenarios posibles: rojo-rojo, rojo-negro, negro-negro y negro- rojo, además del verde. Pero una vez caiga la primera vez en el rojo, la probabilidad de repetirse una segunda será del 48,6% de nuevo, ya que solo habrá dos opciones.

Póker: ¿La excepción?

En póker se puede confundir la falacia del jugador con la mera probabilidad. Si hay una K en la mesa y tenemos una K en la mano, habrá menos opciones de que salga una tercera K porqué quedarán menos copias de esa letra en la baraja. Al no conocer las cartas quemadas o las de nuestros rivales, si tenemos una K en la mano quedan 3 por salir, mientras que si hay una en la mesa solo quedarán 2.

Por otro lado, lo que sí es una falacia del jugador es la decisión equivocada de dejar de jugar tras ganar manos seguidas, o incluso ser conservador cuando se va ganando. Si hemos ganado 3 manos seguidas, nada va a impedir que ganemos la 4ª, y por le contrario, si hemos tenido mala suerte 3 veces seguidas, la 4ª no tiene porqué ser la nuestra. Las estrategias de póker contemplan cada jugada por separado, teniendo en cuenta el contexto (‘stack’, ciegas, botes etc)

Falacia del jugador en apuestas deportivas

Otro campo más donde puede haber excepciones en la falacia del jugador es en las apuestas deportivas. Un equipo que ha ganado 3 veces seguidas, sigue teniendo las mismas opciones de ganar ante otro inferior en un momento concreto. Y, por el contrario, si un deportista acumula una mala racha no “le toca” ganar si no ha cambiado lo que le ha llevado a esa crisis.

Ese matiz es importante en deportes. Si un equipo “A” acumula 5 victorias, no debe una derrota por el simple hecho de llevar 5 jornadas ganando, pero sí que puede ser importante determinar si esas 5 victorias han fatigado a los deportistas en cuestión. En este punto, es importante diferenciar causalidad de correlación.

Tu reto como apostador será evitar caer en la falacia del jugador, pero sí detectar patrones que sean importantes a nivel estadístico. En resumen, haber ganado 3 manos en póker, no impedirá que ganes una 4, porqué no hay nada sólido que lo explique. Pero, en cambio, si hay 2 números en la mesa será menos probable que salga el tercero, que no que salga el primero si no hay ninguno.