Si has indagado un poco en el mundo de las apuestas deportivas, sabrás que no hay una expresión más controvertida que “apuestas fáciles”. Por poco que hayas investigado en este sector, habrás leído que ninguna apuesta es fácil, sobretodo cuando hemos invertido un buen presupuesto en ella. Lo que sí existen son jugadas más probables que otras, y aquí es donde se acuña el término. ¿Quieres conocerlas?
Antes de nada… ¿Qué son las apuestas fáciles? Esta expresión utilizada comúnmente en el contexto de las apuestas deportivas y los juegos de azar se refiere a los pronósticos o eventos que se consideran más probables de ganar. En definitiva, son apuestas fáciles aquellas que tienen un menor riesgo de fallo en comparación con otras opciones disponibles.
El mito de las apuestas fáciles: La importancia del largo plazo
Que una apuesta sea fácil, no significa que sea buena. Y, por el contrario, una apuesta difícil no tiene porqué ser mala. En esta línea, puede que una apuesta fácil no sea rentable, y que una apuesta más compleja sí que lo sea.
Además, en el deporte siempre existe la posibilidad de que ocurran sorpresas y se produzcan resultados inesperados. Las probabilidades y los riesgos están presentes en todas las apuestas, y los resultados nunca están garantizados. Es esto lo que diferenciaría las apuestas fáciles de las apuestas seguras, dos términos completamente distintos.
¿Cómo pasar de probabilidad a cuota?
Cuando apuestas, es muy interesante que atribuyas una probabilidad de éxito a un evento, y que a partir de ahí, trates de determinar si la cuota ofrecida por el operador es rentable.
Por ejemplo, puedes atribuir unas opciones de victoria blanca del 33% en el Madrid Eibar mencionado anteriormente, en base a tu análisis. Si la cuota es inferior a @1.33, no será una buena apuesta, ya que, aunque sea más fácil que ganes que no que pierdas, a largo plazo perderías dinero con esta probabilidad y esta cuota. En el otro extremo, si ves un 15% de opciones de 2-0 para el Madrid, y la cuota es de @8.00, sí que sería rentable (que ganarás en esta no sería lo más probable, pero a largo plazo tendrías buenos resultados).
¿Cómo saber si una apuesta es fácil?
Ver la cuota te puede dar una pista muy interesante sobre si delante tienes una apuesta fácil o una más compleja. Pero lo ideal siempre será que seas capaz de hacer tus propios pronósticos para apostar. ¿Cómo detectar como de probable es un es un suceso en un evento?
- Aplica un estudio estadístico: Investiga y analiza antes de realizar una apuesta. Aquí entra ver la racha y la trayectoria de los agente implicados en el evento, así como todas las condiciones que puedan afectar en él.
- Consulta si hay un histórico de enfrentamientos que pueda extrapolar, idealmente en el mismo terreno y competición, igualando todos los factores posibles
- Céntrate en eventos y/o deportes que conoces bien, no apuestas por apostar, sino que especialízate en mercados concretos
- Evita las apuestas emocionales: Las emociones son buenas, pero son tu peor enemigo a la hora de apostar. Realiza apuestas basadas en la información disponible en lugar de dejarte llevar por tus preferencias o sentimientos
Apuestas fáciles y seguras: ¿Cuál es la diferencia?
Un (grave) error de novato reside en no diferenciar lo que son las apuestas fáciles, de las apuestas seguras, o surebets. Por su descripción exacta, una surebet es aquel mercado donde apostando determinadas cantidades a 1X2 siempre ganarás, pase lo que pase, por un desajuste en las cuotas. Un concepto muy diferente a las apuestas fáciles.
En definitiva, es importante que sepas que una apuesta fácil no necesariamente una apuesta buena, y que puede ser un erro conceptual hablar de apuestas fáciles. Por lo menos a largo plazo. Si quieres tener éxito a largo plazo, solo hay un camino: estudio estadístico, gestión de bankroll y medición de tus resultados.